¿Cómo elijo el portabebé correcto?

Es una pregunta muy recurrente, ¿ qué me recomiendas? ¿ cómo sé que ese es el mejor para mí? ¿ y si no me encuentro cómoda? ¿ y si no sé ajustarlo? ...

Muy a menudo me encuentro con familias que me hacen estas preguntas, más difícil aún que sepan lo que les gustará si nunca han porteado, más aún si no ha naciddo su bebé...

     ¿ Cómo elegir? pues bien, no hay una respuesta única, puesto que cada familia es diferente, cada uno estamos cómodos con algo diferente, o no. Para mí puede ser más cómoda una bandolera para los primeros meses de vida y sin embargo, tú no te adaptas a ella porque no consigues ajustarla correctamente, porque no te han asesorado bien desde el principio o simplemente porque te pones nerviosa, porque no practicaste antes de la llegada de tu bebé, porque tienes un bebé "poco tolerante" a los cambios, que no tiene paciencia mientras mamá o papá inexperto trata de ajustarlo correctamente... Pueden ser mil razones.

Hay una cosa que es segura, al 99% de los bebés les va a gustar ser porteados, puesto que no se "tienen que acostumbrar", ya nacen acostumbrados. Piensa que tu bebé viene de estar en un entorno controlado, recogido y ajustado, lo extraño para él será tener libertad, estar estirado, es extraña la sensación del viento, los ruidos no están amortiguados como en tu vientre, nunca antes sintió hambre o frío... todo es nuevo.

Los papás y mamás somos los que nos tenemos que acostumbrar a que un bebé ahora está fuera y tiene unas necesidades que antes no conocíamos. La sensación de estar en un fular contenido, recogido, abrazado, calentito y cerca del olor de mamá, del alimento, escuchando el latido de su corazón, será la sensación más parecida a lo que ya conocía. Además de estar "mecido", al caminar, el bebé se siente muy parecido a cuando estaba en el útero materno.Es maravilloso el porteo para establecer un vínculo de apego con papá porque facilita mucho el piel con piel tan deseado.

Ser porteados ayuda mucho a los bebés muy demandantes y sus familias, pues lloran menos, se calman antes, ayuda a aliviar los molestos cólicos del lactante cuando aparecen en los primeros meses de vida, evita la anti estética y peligrosa plagiocefalia postural. Proporciona a mamá una libertad de movimientos que un carro o cochecito no podrían ofrecer nunca, ¡realmente es como seguir embarazada!

¡¡Imagina bajar escaleras con un cochecito de bebé!! Imagina ir al super con un cochecito sola, ¿cómo haces para coger la cesta de la compra?

Volviendo a la elección de tu portabebé, te puede ayudar pedir asesoramiento, tener la oportunidad de aprender sobre diferentes tejidos, diferentes opciones según la época del año en la que nacerá tu bebé y el clima de la zona en la que vives. No será lo mismo vivir en Canarias que en Asturias, pues en diciembre en Canarias puedes tener 22 grados y en Asturias 5º; o ¡Sevilla en agosto!

Por ello es importante el asesoramiento previo, no sólo comprar un buen portabebé, que nos garantice que es ergonómico real, " no porque lo diga la caja". Debemos conocer que una mochila, sea del material que sea (vamos a partir de la base que si está fabricada con fibras naturales y no poliéster va a ser más fresca) siempre va a ser más calurosa puesto que mínimo lleva dos capas de tejido. Un fular, dependiendo del anudado que hagamos, va a llevar una capa o tres, pero siempre dará más calor a mamá que una bandolera, de lino o algodón porque ésta se compone de una única capa de tela tanto sobre mamá como sobre el bebé. Si está fabricada en lino por ejemplo, este tejido permite la transpiración del cuerpo y evitará que pasemos más calor (ojo, que cuando aprieta, no podemos hacer nada, pero al menos evitaremos pasar más calor del que ya hace).

Todos estos factores hay que tenerlos en cuenta a la hora de asesorar (eso sin tener en cuenta posibles patologías de los porteadores), lo que supone un tema aparte. Es muy interesante el tener la posibilidad de tocar tejidos, de "trastear" con los diferentes sistemas de porteo así como practicar a colocar al bebé con un muñeco o incluso con un cojín, antes de que bebé nazca o si ya ha nacido, pues probar con algo antes de tratar de colocar al bebé. ¿Porqué? Pues es muy sencillo, porque lo más probable es que nos pongamos nerviosos, porque no tenemos experiencia, porque si el bebé tiene sueño no será el mejor momento, porque si bebé no ha comido va a protestar, o simplemente porque estamos nerviosos y se lo vamos a transmitir...

Si has llegado leyendo hasta aquí, gracias, como puedes ver, portear no se trata de coger a un bebé y "colgarlo" en una mochila cualquiera y ¡ala! al paseo, no, las cosas no se hacen de cualquier forma ni porque sí, hay que hacerlo con cabeza y sabiendo porqué.


Rebeca Fuentes. Úpame®
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